En varias ocasiones me han preguntado cuál es la filosofía que entraña el coaching. Sobre este existen diferentes opiniones, casi tantas como coaches. Para mí, la filosofía del coaching es la búsqueda, a través del diálogo por parte de los superiores, de la integración de todos los miembros del personal para alcanzar los objetivos de la empresa y creo que el coaching puede ayudar a una organización a crear un entorno de trabajo con significado, así como un ambiente positivo, mediante la eliminación de las barreras que impiden a los empleados llegar a su máximo potencial, ya que se puede mejorar la moral y capacitar a los empleados para ser más productivos. La meta se centra en crear una cultura organizacional, respetando la ética de los empleados, donde todos y cada uno de ellos piensen cómo pueden ayudar y que, a su vez, la empresa les apoye mejorando su desempeño y les proporcione los medios adecuados para seguir creciendo como profesionales. En el contexto actual, donde para muchos estamos ya en lo que el economista norteamericano Alvin Toffler, definió como «la tercera ola», los factores de contingencia a los que se enfrentan las organizaciones, han provocado un intenso desarrollo de las estrategias de formación y mejora de los empleados, por lo que las organizaciones e individuos que no tengan un desempeño superior al que ha sido aceptable en el pasado, no sobrevivirán en los mercados inestables, fragmentados y disputados de nuestro mundo actual. A mi entender, la implementación de la filosofía del coaching en las organizaciones podría mejorar el clima emocional, ya que el coaching es una herramienta para aumentar la confianza y reducir el nivel de estrés.